Música/Espectáculo

“Danubio”, una docuficción con espías de la Guerra Fría en el Festival de Mar del Plata

Agustina Prez Rial El cruce entre cine poltica y el festival estaba en la gnesis misma de la pelcula
Agustina Pérez Rial: "El cruce entre cine, política y el festival estaba en la génesis misma de la película."

Con una trama de espías que tiene como marco el Festival de Mar del Plata de 1968, en donde los comunistas locales intentan establecer contacto con las delegaciones de artistas que llegan de lo que fuera la Cortina de Hierro en la Guerra Fría, “Danubio”, de la directora Agustina Pérez Rial, construye una docuficción sobre las tensiones entre el arte y la política.
Con la voz de la actriz Nina Gilmizyanova, que en la película es una inmigrante eslava que trabaja como intérprete para el Festival de Mar del Plata durante el gobierno del dictador Juan Carlos Onganía, la película narra una trama de espías en el contexto glamoroso del festival de esa época, en una historia que se asienta en un formidable e inédito material de archivo y juega con las posibilidades del género documental y la ficción para construir una historia verosímil, en donde sucesos reales le dan sustentabilidad al relato.

Trailer "Danubio"

VER VIDEO
“La guionista de la película, Paulina Bettendorff, me compartió un primer material desclasificado de la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires, con un legajo sobre el Festival de Mar del Plata”, cuenta sobre el origen del proyecto Pérez Rial en comunicación con Télam.
“En ese legajo se hablaba de las persecuciones que el servicio de inteligencia había realizado sobre lxs delegadxs que venían del otro lado de la Cortina de Hierro”, explica la realizadora y completa, “dejaba intuir una trama oculta, surcada, a su vez, por varias subtramas como la Guerra Fría, el festival de cine y la militancia”.

"Una cosa es pensar en abstracto las persecuciones que el onganiato realizó en la década del 60 a la cultura cuando pensaba en el cine como un vehículo ideológico clave para la expansión del comunismo, otra es ver de primera mano las lógicas de esa persecución, sus huellas, sus escritos, sus miopías."Agustina Pérez Rial

“Danubio”, que se alzó con el premio a la mejor dirección en la 36ta. edición de Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (de 2021), se podrá ver 9 al 15 y 16 de marzo en la Sala Leopoldo Lugones del Complejo Teatral de Buenos Aires.
-¿Cuál fue el puntapié inicial para de la película?
-En el año 2015, La guionista de la película, Paulina Bettendorff, me compartió un primer material desclasificado de la Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires, con un legajo sobre el Festival de Mar del Plata, con el que ella trabajaba en su tesis de posgrado. Ella sabía que yo quería hacer algo sobre Mar del Plata, porque yo soy de la ciudad, aunque me vine a Buenos Aires hace muchos años.
En ese legajo se hablaba de las persecuciones que el servicio de inteligencia había realizado sobre lxs delegadxs que venían del otro lado de la Cortina de Hierro y también se narraba la realización de una fiesta para agasajarlxs por parte de militantes comunistas y de un grupo de inmigrantes eslavxs marplatenses en la Sociedad Cultural Danubio. Esto dejaba intuir una trama oculta, surcada, a su vez, por varias subtramas como la Guerra Fría, el festival de cine y la militancia. Todo eso me pareció materia prima interesante.
-¿Cómo fue el proceso que te llevó a tomar el camino de la docuficción para "Danubio"?
-La película está construida como una ficción de época hecha con fragmentos de archivos y una voz en off femenina que los hilvana y cuenta una historia posible, no verdadera pero sí verosímil, de una joven eslava en los años sesenta.
En ella convergen las sobre las tensiones entre el peronismo y la izquierda, la relación entre cine y política, la inteligencia y las paranoias que cada estructura de poder construye y alimenta.
El principio fue la búsqueda de archivos que se combinaron con filmaciones y entrevistas a militantes, inmigrantes eslavos, y distintas figuras de la cultura y el periodismo.
Pero con el correr de los años, ese material nos fue revelando un universo que desconocíamos sobre los 60, el festival y la ciudad que nos fascinó. Fue allí cuando decidimos hacer un relato híbrido docuficcional, un género que me parece interesante porque no da por sentado la verdad del documento sino que la tensa y enfrenta a lxs espectadorxs a la pregunta constante sobre lo verdadero y lo falso de las imágenes que está viendo. La construcción como una película de espías fue producto de la decantación de diferentes pruebas más o menos fallidas, de poner en escena la historia que queríamos narrar, y para la que sentíamos que en un formato documental tradicional no resultaba su mejor opción.

Danubio y la Mar del Plata de 1968 cuando durante el onganiato se haca su dcimo festival dirigido por militares
"Danubio" y la Mar del Plata de 1968, cuando durante el "onganiato" se hacía su décimo festival dirigido por militares.

-¿Cómo fue el acceso al abundante archivo que forma parte de la película y cuál fue el recorte en función de lo que querías contar?
-Además de ese legajo del principio, después nos facilitó un archivo más extenso la Comisión Provincial por la Memoria. También accedimos a varios materiales del noticiero Sucesos Argentinos a través del Archivo General de la Nación, y a miles de negativos de fotos del Festival de Mar del Plata que había sacado Pupeto Mastropascua y que nos cedió.
En un país como Argentina, sin Cinemateca aún, en el que muchos archivos están repartidos entre diferentes instituciones y personas, podría decir que detrás de cada fragmento de material de archivo está la historia que ese material trae y la historia sobre cómo llegamos a él.
-La película habla de la tensión entre la política y el arte. ¿De alguna manera con “Danubio” estás señalando la miopía o el lugar que le asignan a la cultura los gobiernos?
-El cruce entre cine, política y el festival estaba en la génesis misma de la película. Una cosa es pensar en abstracto las persecuciones que el onganiato realizó en la década del 60 a la cultura cuando pensaba en el cine como un vehículo ideológico clave para la expansión del comunismo, otra es ver de primera mano las lógicas de esa persecución, sus huellas, sus escritos, sus miopías. Creo que uno de los valores de ‘Danubio’ es reponer una época, en un intento de situar sus lógicas políticas y culturales desde las formas de hacer y decir de muchxs de sus actores como los medios de prensa y la policía, los líderes políticos o la publicidad.
-¿Qué significa como marplatense el festival para vos y qué querías señalar de tu ciudad a partir de un evento artístico como ese en plena dictadura?
-Creo que mi primera motivación fue ser marplatense, y dar cuenta de una dimensión o faceta de esa ciudad que creo que muchxs intuyen pero pocxs conocen.
Siento que hay mucha causalidad en que la primera vez que "Danubio" se haya mostrado haya sido en el Festival de Mar del Plata. El entorno del festival para mí completo con una fuerza performática muy especial la película, lo comentó, invitó a pensar que ese lugar que hoy damos por ganado, nació en algún momento, en otro fue objeto de vigilancia, después de interrumpió y hoy es un espacio que en la fragilidad que habitamos y que tenemos que cuidar.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba