Este lunes se encontraron 46 cadáveres dentro de un camión en el sur de Texas, algunos eran menores de edad, y 15 personas fueron llevadas al hospital de la ciudad de San Antonio y 3 personas fueron detenidas. El camión tenía patente estadounidense, pero se sospecha que los sujetos eran inmigrantes que cruzaron la frontera desde México.
Una teoría determina que podrían haber fallecido por asfixia o en consecuencia de altas temperaturas, las que los hacía sufrir hacinamiento y encierro durante el viaje.
El hecho se descubrió en Cassin Drive y Quintana Road, en el sudoeste de San Antonio, a unos 240 kilómetros de la frontera con México, donde la temperatura promedio de los últimos días fue de 37º. En esta zona regional, se conoce a los camiones como método popular de contrabando en la década de 1990, luego del incremento en la vigilancia fronteriza en San Diego y El Paso, Texas, que en aquella época eran los corredores más transitados por los migrantes que entran de manera ilegal en Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Nacional esperaba hacerse cargo de la investigación y de hecho un equipo llegó a la escena a la espera de las órdenes oficiales.
El gobernador de Texas Greg Abbott culpó por las muertes al presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
“Estas muertes son consecuencia de su política de fronteras abiertas. Muestra las consecuencias letales de no querer aplicar la ley”, descargó en su cuenta de la red social, Twitter.
El ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, confirmó que un cónsul ya está en el lugar y aclaró que aún no está claro cuál es la nacionalidad de las víctimas fatales.
