El corazón roto de un espectacular actor
Antes de que Pepe Cibrián Campoy, actor argentino, y Nahuel Lodi, hicieran match en la aplicación de citas, Nahuel le escribió por Instagram al actor en vano, pero en la app pudieron tener una primera conversación.
“Calculo que fue en enero de este año”, especula Pepe Cibrián sobre el día en que conoció, virtualmente, a aquel joven que, desde el vamos, se caracterizó por su insistencia: buscó un acercamiento en una red social, lo intentó por otra ante la falta de respuestas.
Luego de días de conversación hicieron videollamada, en la cual Pepe quedó atrapado por la sonrisa del muchacho de 33 años, describiéndolo con las palabras de “atractivo y de un metro 89″, de “carácter fuerte y gran determinación”, que “toca el piano y algún otro instrumento más, uh hombre cálido pero a su manera”, porque “tal vez no sea demostrativo con los abrazos pero sabe compensarlos con otras atenciones de la vida cotidiana”.
Esas fueron las palabras que usó Pepe para su pareja antes de comprometerse ante familiares y amigos, celebrando una gran fiesta en la que se ausentó Georgina Barbarrossa.
A poco de conocerse se mudaron juntos porque entre ellos había distancias muy largas, y Nahuel dejaba su puesto en una cafetería de una estación de servicio para ocuparse de la coordinación de los proyectos del actor, el cual explicaba que su pareja “no es un intelectual, pero es muy ávido y sensible”. Además, sostenía que era “buen amigo, buen hijo y buen padre”.
Padre, porque Nahuel tiene mellizos de 7 años con su anterior matrimonio, el cual Cibrián no conocía, en realidad, “solo por fotos y por sus relatos”, comprendiendo que lo mejor era estar atentos a sus tiempos y necesidades. “Aún no se han integrado y me parece muy bien, él sabrá cuándo será el momento. El compromiso que mantiene con ellos es lo que más me conmovió en aquel primer contacto que tuvimos, será por el deseo que he tenido siempre…”, declaraba el hijo de la recordada Ana María Campoy, en referencia a sus propios anhelos de paternidad.
A Pepe le costaba definir sus sentimientos en palabras: “¿Si estoy enamorado de Nahuel? ¡No lo sé! Sé que lo quiero infinitamente. Sé que lo extraño. Si estar enamorado es que te pique el estómago, pues me pica. Si es escuchar campanas, las escucho”. Como fuera, era suficiente para suscribir el noviazgo, aunque hizo falta la intervención del suegro de Cibrián, que puede hallar un atisbo en esa insistencia tan propia de Nahuel.
Sucedió en la segunda reunión entre el director y los Lodi, en marzo. Unas semanas antes, en la presentación oficial (“adoro a mis suegros, que deben rondar los 60 años… son mucho más chicos que yo”), Pepe le había hecho un comentario como al pasar a Daniel: ”¿Qué te parece si alguna vez me caso con tu hijo?”. La respuesta fue sincera: ”Si a ustedes los hace felices, ¿por qué no?”.
Y al verse de nuevo el hombre recogió el guante y, frente a Nahuel, indagó: ”Bueno Pepe, entonces… ¿cuándo se casan?”. “En junio…”, titubearon los novios.
Sería solo firmar ante un escribano el Deber de Asistencia Mutua, una obligación legal por la cual cada uno asegura que se encargará del bienestar del otro. En fin, un trámite burocrático desprovisto de cualquier interés.
Excepto en la mirada de algunas amigas del dramaturgo, como Georgina, Claudia Lapacó y Cecilia Milone, quienes se lo hicieron saber: “¡¿Pepe, vos sabés bien quién es?!”, le dijeron.
Creyendo que su sospecha era lógica, el respondió “Ya deberían saber que no soy tonto. No, no soy tonto. ¡Además, si yo hubiese elegido estar con alguien a cambio de darle un bienestar económico, ¿cuál es el problema? Con mi dinero hago todo aquello que quiero”.
Pero Georgina en un móvil de un programa de televisión le dijo a Lodi, delante de Pepe: “Si no lo querés bien te vamos a romper el alma”.
Y después vendría la fiesta en la que Cibrián dejó afuera a la conductora. Y más tarde los cruces mediáticos entre los dos, con un Cibrián dolido con Barbarossa. Y la tristeza por una amistad rota.
Y algo más tarde, el escándalo que muchos avizoran: el video filtrado de Lodi a los besos con otro hombre en su despedida de soltero, una semana antes del casamiento.
Y entonces, el desconsuelo del querido Pepe: “Al enterarme le pedí a alguien que hablara con Nahuel y que se fuera, que no tenía más nada que hablar porque no hay una solución para esto”, declaró.
“Después me escribió una notita: ´Vos podés hacerlo solo. Yo voy a quitártelos después de los 90´. Y me pareció muy bello… -decía Cibrián por aquellos días del amor idílico-. Ahora fijate, él presupone que yo voy a vivir más de 90 años y es más, que voy a necesitar que me los saquen. ¡Está loco! A lo mejor es él quien lo necesite…”.
Ya no parece haber tiempo para recuperar una relación amorosa que se extendió por tan solo siete meses. Resta saber si todavía lo hay para recuperar una amistad: la de Pepe y Georgina.