Un cráter en Chile
Apareció un agujero en medio de un camino rural en el norte de Chile, más precisamente en la región de Atacama, ciudad de Tierra Amarilla el pasado martes 3 de julio.
El enorme cráter poseía, en primera instancia, 31 metros de ancho y 64 de profundidad, pero luego de captar imágenes satelitales, se determinó que su tamaño incrementó hasta los 36.5 metros de diámetro.
Desde el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile (Sernageomin) se ordenó a la corporación minera, Compañía Candelaria, paralizar todas sus operaciones en la zona, a la par que se inició un proceso de sanción. Este último punto se debe a que una de las dos principales hipótesis del hecho recae en la responsabilidad de dicha empresa.
Según la BBC, la influencia de la actividad minera de Compañía Candelaria en la zona y la explotación de Tierra Amarilla podría haber desestabilizado el suelo al desviar el agua subterránea de su cauce natural y vaciar los acuíferos, generando espacios que favorecen que el terreno ceda y caiga por su propio peso, formando el socavón.
Cabe destacar que explota en Tierra Amarilla un yacimiento de cobre y las galerías de su mina se adentran en el subsuelo, tanto en los alrededores del boquete como debajo del mismo a una profundidad mucho mayor.
Cristóbal Muñoz, director de la ONG divulgativa Red Geocientífica de Chile, detalló: “Tenía una proyección indicada de 38.000 toneladas de mineral a extraer, pero extrajo cerca de 138.000 toneladas, más del triple”.
La otra teoría, menos llamativa en su trama, atribuye la responsabilidad de forma exclusiva a las intensas lluvias del mes de julio.
El geofísico chileno Cristian Farías, director de Obras Civiles y Geología de la Universidad Católica de Temuco, expresó: «Al caer mucha agua de lluvia en suelos con un alto nivel de yeso, el agua percola y erosiona durante varios días toda la parte de abajo, lo que quita sustentabilidad a la parte más alta y termina generando un colapso».