Aunque varias de las escenas de “Los Fabelman” –la nueva película de Steven Spielberg que por estos días se proyecta en los cines argentinos- parezcan invenciones de guionistas con mucha imaginación, el propio director se encargó de explicar en distintas entrevistas que prácticamente todos los hechos, situaciones y conflictos que aparecen en este filme nominado a siete premios Oscar ocurrieron durante su infancia y adolescencia.
Por supuesto, en la historia coescrita por el propio realizador junto a su habitual colaborador Tony Kushner (“Munich,” “Lincoln”, “Amor sin barreras”) puede haber alguna exageración, ciertas “licencias poéticas”, pero hasta los momentos más absurdos (como la decisón de la madre de comprar un mono y llevarlo al hogar) son ciertos.
Sammy Fabelman (interpretado de niño por Mateo Zoryon Francis-DeFord y sobre todo de adolescente por Gabriel LaBelle) es el álter ego perfecto de un Spielberg que creció mudándose de ciudad en ciudad, sufriendo el antisemitismo en el colegio, sobrellevando los desencuentros entre su madre (encarnada en la ficción por Michelle Williams) y su padre (a cargo de Paul Dano), siendo desde pequeño un prolífico y entusiasta director autodidacta y amateur que a los 15 años conoció en su oficina al mítico John Ford y a fines de la década de 1960 ya estaba dirigiendo proyectos para televisión.
Spielberg abordó cuestiones íntimas en varios largometrajes, pero hasta ahora lo había hecho de forma poética, simbólica, metafórica a partir de personajes que tenían alguna conexión con su vida, aunque protagonizaban tramas épicas como las de “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977) o “E.T.: El extraterrestre” (1982).
"Los Fabelman"
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Sin embargo, tras las muertes de su madre Leah Adler en 2017 (a los 97 años) y de su padre Arnold en agosto de 2020 (¡a los 103!), decidió aprovechar el paréntesis obligado de la pandemia para anotar recuerdos de familia, que serían el germen de “Los Fabelman”, película que le valió la primera candidatura al Oscar de su carrera como guionista (ganó el premio de la Academia de Hollywood por “La lista de Schindler” y “Rescatando al soldado Ryan”, pero nunca había sido ni siquiera nominado por una historia original escrita por él).
El creador de “Los cazadores del arca perdida” y “Puente de espías” no es, de todas formas, un caso excepcional, ya que la evolución del séptimo arte está llena de directores y directoras que han filmado distintos aspectos de sus propias vidas.
Sin ir más lejos, en los últimos meses varios realizadores y realizadoras de renombre estrenaron películas de claro sesgo autobiográfico, como el italiano Paolo Sorrentino en “Fue la mano de Dios” (historia ambientada en la Nápoles de los años '80, que está disponible en Netflix), el irlandés Kenneth Branagh en “Belfast” (transcurre en un barrio de gente trabajadora en la convulsionada ciudad del titulo a fines de los '60 y se encuentra en HBO Max), el estadounidense James Gray en “Armageddon Time” (un coming-of-age en los suburbios neoyorquinos); su compatriota Richard Linklater en el film animado “Apolo 10 1/2: Una infancia espacial” (2022, que está en Netflix); o la francesa Mia Hansen-Løve en “Un beau matin”, aunque en este último caso no se tratan de recuerdos de niñez sino de la forma en que una mujer (Léa Seydoux) debe lidiar con la enfermedad neurodegenerativa de su padre (Pascal Greggory).
Incluso en otro film reciente de Netflix como “Bardo”, el personaje de Silverio que interpreta Daniel Giménez Cacho tiene mucho del propio director, el siempre provocador Alejandro González Iñárritu. Y otro famoso cineasta mexicano como Alfonso Cuarón reconstruyó también con producción de la N roja vivencias de su infancia en “Roma”, que tiene su epicentro en la ciudad de México a comienzos de los años '70.
Y, si nos remontamos unos cuantos años más atrás, el recorrido ya resulta muy amplio: François Truffaut en “Los 400 golpes” (1959, disponible en MUBI); Federico Fellini en “Amarcord” (1973), Ingmar Bergman en “Fanny y Alexander” (1982, Qubit); Woody Allen en “Días de radio” (1987), Terence Davies en “Voces distantes” (1988) y “El largo día acaba” (1992), Cameron Crowe en “Casi famosos” (2000); Pedro Almodóvar en “La mala educación” (2004, que se encuentra en Netflix, Amazon Prime Vide y MUBI), Terrence Malick en “El árbol de la vida” (2011, que está en Amazon Prime Video); Greta Gerwig en “Lady Bird” (2017, Amazon Prime Video); y más recientemente dos trabajos de la talentosa directora catalana Carla Simon como “Verano, 1993” y “Alcarràs” (esta semana llegó a los cines argentinos y desde el 24 de febrero se podrá ver en MUBI).
La autobiografía, género fundamental en el caso de la literatura, se ha consolidado también como una de las tendencias más recurrentes en la historia del cine.
