La historia de los refranes: «El hombre propone y Dios dispone»
El hombre propone y Dios dispone
No por obvio menos cierto lo que nos recuerda este refrán: la condición del ser humano es muy humilde y frágil, en tanto no existe nadie que pueda controlar completamente su destino. Porque nunca se puede asegurar que va a suceder algo a ciencia cierta.
Ese aparato no se inventó. Por más que todo indique que tal cosa sucederá, puede que no suceda… ¿O qué son los imprevistos?… ¡Y sí!…
Aunque los “providencialistas” van más allá con el dicho: para ellos, todo lo que disponga la Divina Providencia estará bien porque cumple órdenes de Dios, y nada que venga de Él puede ser malo…
Este refrán tiene su origen en la Biblia, concretamente en la sentencia “Cor hominis disponit viam suam, ser Domini est dirigere gresus eius”, traduzco, para los que no hablan latín: “El hombre dispone su camino, pero al Señor corresponde disponer sus pasos”, localizada en los Proverbios 16, 9…
Como se puede observar, con todo respeto, la Biblia también funciona como un manual de connotaciones castrenses… “¡Obediencia debida a sus consignas porque si no!”… Ya sabemos, es verdad que ningún ser humano puede moldear completamente su propio destino, incluso cuando son exclusivamente de él las decisiones que tome, pero por qué asustarlo con los golpes de realidad que pueden surgir en cualquier momento pero aún no se produjeron…
Ya se sabe que más vale prevenir que curar, y todo eso, ¿pero por qué desilusionar a alguien antes de que lo desilusione la realidad? Y si resulta que finalmente tal o cual plan se cumple, y la realidad no solo que no desilusiona sino que resulta mejor de lo que se la soñaba?…
A Miguel de Cervantes le gustó tanto este refrán que, sin pasar por bíblico, lo escribió en la segunda parte de "Don Quijote" y en "La gigantilla", entre amonestaciones y resignaciones…
El hombre propone: hacer una parrillada para amigos el mediodía del domingo en su casa del Tigre. Y Dios dispone: una tormenta eléctrica con inundaciones que no para desde la trasnoche del sábado, en el Tigre, claro…
También pudiera ser que el mismo hombre propone hacer esa parrillada dominguera, no llueve y hace un día espléndido, peeero… ¡lo que nunca: se le quemó el asado! ¡Pero será de Dios che!
"El hombre propone pero Dios dispone"
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