El día en que «Museo de Cera» convirtió al cine en 3D en una moda
La producción estadounidense de la Warner Bros. "Museo de Cera" ("House of Wax"),estrenada el 9 de abril de 1953, fue la primera película en 3D con sonido estereofónico y una trama desarrollada específicamente para explotar estas nuevas tecnologías. Su director, el húngaro André De Toth, logró llevar el cine a una nueva dimensión y sentó las bases para una revolución en la forma en que se filmarían y se exhibirían las películas en el futuro. El temprano interés del inventor británico William Friese-Green por las películas en 3D se remonta a finales de la década de 1890, con su invento patentado, el estereoscopio, que permitía a un espectador solitario ver cómo dos imágenes convergen entre sí para dar la ilusión de 3D, pero por entonces una sola persona podía disfrutarlo.
Trailer "Bwana Devil"
VER VIDEO
Si bien las primeras experiencias en cine 3D en salas se remontan a la década de 1920, fue durante la década de 1950 cuando el formato comenzó a ganar popularidad. El filme dirigido por Andre de Toth y protagonizado por Vincent Price fue la primera película en 3D con distribución de una gran productora y generó un nuevo interés en la técnica que llegó a la Argentina un año después y al Festival de Cine de Mar del Plata, en su edición inaugural. Antes de aquel fenómeno, el truco ya había sido usado con distinta finalidad, incluso política, porque hay ejemplos poco vistos de experimentos del nazismo.
Trailer "Museo de Cera"
VER VIDEO
"Museo de Cera", que incorporó el sistema Natural Vision, de los hermanos Julian y Milton Gunzburg además del entonces naciente sonido estereofónico, requería que el público utilizara anteojos ad hoc para apreciar el efecto tridimensional. Las gafas, conocidas como anaglifos, tenían un filtro rojo para el ojo izquierdo y otro azul para el derecho, y de este modo, cada uno percibía una imagen ligeramente diferente, registradas con un par de cámaras con ángulo entre ellas, creando la ilusión de profundidad.
"Museo de Cera" Restauración (2013)
VER VIDEO
"Museo de Cera"
El largometraje narra la historia de un escultor loco que usaba cera para crear figuras realistas, incluyendo a sus víctimas. El efecto 3D agregó una dimensión adicional a las escenas de terror haciendo que el público se "sumergiera" en el mundo de la película. Además, la calidad del sonido mejoró significativamente con la tecnología estereofónica, lo que permitió una experiencia más inmersiva para el espectador. La película protagonizada por VIncent Price se convirtió rápidamente en un éxito de taquilla, demostrando el enorme potencial del cine en 3D. La película narra la historia de un escultor desfigurado que utiliza cadáveres reales para recrear su museo de cera después de que un incendio lo destruye (es decir una versión libre de "El fantasma de la Ópera"). Además, el terror y suspenso se intensifican gracias al efecto tridimensional.
Lo curioso de esta producción es que su director, De Toth, había perdido un ojo en su infancia y por lo tanto no pudo nunca ver su película tal cual fue hecha con elefecto visual que la recortaba de lo convencional,. Una limitación que también tuvieron otros directores como John Ford, Raoul Walsh, Nicholas Ray y Fritz Lang.
Mucho más 3D
De inmediato se produjeron películas importantes para los amantes de la danza, como "La llamada de la muerte", de Alfred Hitchcock, con el personaje de Ray Milland que quiere dar muerte a su esposa Margot -encarnada por Grace Kelly- porque le es infiel aunque lo que más le interesa sea quedarse con su fortuna. Así chantajea a un antiguo compañero para que la estrangule, aunque algo falla.
Otros dos grandes filmes rodados de esta forma fueron "El monstruo de la Laguna Negra" (1954), de Jack Arnold, con Richard Carlson, y el músical "Bésame, Kate" (1953), de George Sidney, con Kathryn Grayson y Howard Keel. La fiebre por el 3D duró solo unos años. A finales de los cincuenta, el formato perdió terreno debido al auge de la televisión y las limitaciones técnicas de la época. Sin embargo, el cine 3D cobró fuerza nuevamente en los años ochenta, impulsado por el avance de la tecnología y la aparición de cintas como "Jaws 3-D" ("Tiburán 3-D), en 1983.
Durante la década de 1990, el cine 3D se mantuvo en un segundo plano, ya que la industria cinematográfica se centró en otros avances tecnológicos y estilos narrativos. A pesar de esto, hubo algunas producciones, como el documental "Into the Deep" (1994) y el mediometraje "Wings of Courage" (1995), de Jean-Jacques Annaud, la primera 3D para IMAX, acerca del escritor y piloto aéreo Antoine de Saint-Exupery, interpretado por Tom Hulce.
Cine tridimensional en el siglo XXI
El nuevo milenio trajo consigo un resurgimiento del cine 3D, gracias en gran parte a la adopción de la tecnología digital en la producción y proyección cinematográfica. Películas como "Chicken Little" (2005) y "Happy Feet" (2006), animadas por computadora, comenzaron a explorar las posibilidades del 3D como herramienta de inmersión en la narrativa.
"Avatar", estrenada en 2009, fue una de las películas en 3D más exitosas de todos los tiempos. La película de ciencia ficción de James Cameron utilizó la tecnología 3D de manera efectiva para crear un mundo alienígena completamente inmersivo. "Avatar" estableció un nuevo estándar para el 3D y demostró que la tecnología había llegado a un punto en el que podía utilizarse de manera efectiva en películas de gran presupuesto. En 2009, la coproducción argentino mexicana "Boogie, el aceitoso", animación que dirigió Gustavo Cova con los personajes creados por Roberto Fontanarrosa, recurrió a un formato final en 3D, y se convirtió en el primer largometraje argentino con esa aplicación y el segundo en México.
Trailer "Boogie, el aceitoso"
VER VIDEO
A partir de 2010, gran cantidad de blockbusters incorporaron el formato 3D, tanto en películas de animación como en acción real. "Toy Story 3" (2010), "The Avengers" (2012) y "Jurassic World" (2015) son solo algunos ejemplos de las numerosas películas que utilizaron el 3D para enriquecer sus experiencias cinematográficas. Desde entonces, el cine en 3D ha seguido evolucionando y mejorando. Películas como "Hugo" (2011,) de Martin Scorsese, y "Una aventura extraordinaria" (2012), de Ang Lee, demostraron que el 3D podía aportar un valor artístico a la historia y no solo servir como un espectáculo visual. Ambos cineastas utilizaron la tecnología para enriquecer sus relatos y transportar al público al corazón de sus narraciones.
Actualmente muchas películas se filman y se proyectan en 3D, y la tecnología se ha vuelto más accesible y asequible para los cineastas independientes. Sin embargo, algunos críticos argumentan que la tecnología todavía tiene limitaciones y que se debe utilizar de manera efectiva para contar historias convincentes y no solo como un truco visual. Las películas han ido evolucionando con el tiempo y se han convertido en un género propio con efectos cada vez más impresionantes y realistas.
Trailer "Una aventura extraordinaria"
VER VIDEO
A pesar de la creciente popularidad del 3D, ciertos críticos y espectadores argumentar que la tendencia resultó en cineastas que priorizan los efectos visuales por encima de la narrativa y el desarrollo de personajes. Sin embargo, también hubo quienes utilizaron el 3D para mejorar la narrativa y crear una experiencia más envolvente e inmersiva para el espectador. No deja de ser, como pronosticaron los hermanos Lumière a fines del siglo XIX, "un espectáculo de feria". David Burder, un experto británico en 3D aseguró al canal de noticias CNN que "el formato aparece y desaparece cada 30 años: se necesita una generación para descubrir la tercera dimensión y cansarse de sus capacidades. Luego, la generación siguiente la redescubrirá como maravillosa. Sus fundamentos tecnológicos no cambiaron, solo se hizo más cómodo poder verlo". Una conclusión que hasta ahora parece tener fundamento.