Coti Estevan acerca su inspirado alegato por la naturaleza latente en «Kaani»
La artista cordobesa Coti Estevan traerá el fin de semana a la Ciudad de Buenos Aires y a Junín su reciente segundo álbum solista “Kaani” donde a través de un repertorio propio construye un sutil alegato que, advierte, “busca revindicar los saberes y la cosmovisión de los pueblos originarios en relación a la naturaleza”.
“Lo que me interesa es que mis canciones ayuden a volver a ese saber que da cuenta que somos seres naturales y nuestra vida depende de ese equilibrio con el medio natural que es algo que hemos perdido por el paradigma occidental y capitalista”, sostiene Estevan durante una entrevista telefónica con Télam.
Cantomadre – Coti Estevan
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En ese mismo sentido, la vocalista subraya que le parece "re-valioso acompañar y apoyar las voces de los pueblos originarios que se están levantando para proteger y custodiar tanto los recursos naturales como los recursos patrimoniales de la historia cultural”.
Desde la ciudad de Unquillo –donde nació y reside- la bailarina, compositora, instrumentista y cantante repasa el camino en torno a un disco donde registró el cancionero con su firma que el año pasado dio lugar a la obra interdisciplinaria con 15 intérpretes Kaani, Entramando Raíces, que mostró en escenarios cordobeses y todavía está vigente y en tratativas para recorrer estancias jesuíticas donde el mensaje propuesto resuena de manera singular.
“Lo que me interesa es que mis canciones ayuden a volver a ese saber que da cuenta que somos seres naturales y nuestra vida depende de ese equilibrio con el medio natural que es algo que hemos perdido por el paradigma occidental y capitalista”
El álbum reúne las piezas con su firma Tejedora de coplas, Sueño en verde, Una palabra viva, Río, Cantomadre, Cantora del tiempo, Fractal, En el sueño camino y En mis manos, dos creadas por María Teresa Ruiz (Tierra mía y Oración de monte) y una en coautoría con la letrista Yanina Luponio Sáenz (Donde lo hemos dejado).
En compañía del terceto instrumental Entrama, que integran Pablo Estevan (bajo eléctrico), Ximena Estevan (violín) y Rubén Mansilla (percusión), Coti se presentará el sábado a las 21 en Espacio Tucumán (Suipacha 140) y el domingo al mediodía en La Negrada-El Patio de Retumbos (Garibaldi 209 de la ciudad bonaerense de Junín).
Además de ser parte de Entrama y del cuarteto La Fragua-Nuestro Folclore, Estevan formó parte durante 12 años del grupo de producción e investigación del cuerpo y la voz Las O, coordinado por Clelia Romanutti.
– ¿De qué manera se vincula esta parte tuya de la música con tus otras facetas artísticas?
– Para mí están en un diálogo muy unido, muy vinculado que vengo desarrollando hace muchos años. Si bien mi formación es en canto lírico, a la vez me he desarrollado en una técnica de trabajo de la voz asociada al cuerpo, a los movimientos expresivos, a la conciencia corporal que tiene como base la técnica del teatro de la voz que llegó desde Francia hace muchos años y la asumimos en el grupo Cuerpo Sonoro. Y la verdad es que para mí es imposible desvincular la voz del cuerpo, la voz del movimiento, porque nuestro cuerpo es el instrumento de nuestra voz y así lo vivo y así lo siento y es indisociable para mí. Yo todo lo paso por el movimiento y no sé qué es primero, si la voz es una extensión del gesto o el gesto una extensión de la voz, pero me parece maravilloso que eso esté ligado. Y aunque me llevó trabajo poder volver a esa ligazón, siento que con el cuerpo nos ocurre lo mismo que con la naturaleza y se lo trata como si fuese algo externo, pero definitivamente somos una integridad y mi recorrido con la voz y la danza fue volver a esa conciencia.
– ¿Y de qué manera llegás a este presente de componer y dar forma al disco folclórico que es “Kaani”?
– Es mi segundo disco como solista que nació en el marco de un proceso que en la cuarentena generó una suerte de reseteo. Yo venía trabajando con el pianista de jazz Juan Carlos Pesci con el que hacíamos covers de jazz, de música latinoamericana, de folclore, pero empecé a componer y para mí es hermoso poder hacer mis canciones porque siento que encontré donde entregar algo que me identifica plenamente. Antes yo hacía una mezcla de cosas, pero no lograba encasillarme en ningún estilo en particular, pero las canciones propias son como la síntesis de todos mis recorridos y me sitúan.
– Es llamativo porque se te escucha muy afirmada en la música de raíz…
– En realidad yo desde muy chica canto folclore y mis padres también tocan el género, pero es como que después anduve por distintos lados, hasta que en la cuarentena empecé a componer un montón y ya no paré, como que se desató algo para también confiar en lo propio como parte de un proceso interno y de madurez.
– ¿Te reconocés en esa voz autoral?
– Totalmente. Afianzarse en lo propio no es fácil en este mundo porque como que también hay toda una cuestión social de encajar o de pertenecer y de lo que es comercial o no es comercial en la música, pero la verdad es que apostar por algo que no lo es y que es propio y diferente y arrancar desde ahí es toda una apuesta, pero también una decisión muy valiosa de sostenerme allí aunque sea lento el camino.