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Zarpa Nave Que Va: el cine independiente nacional reclama su lugar en el streaming

Ilustracin Pablo Blasberg
Ilustración: Pablo Blasberg

Nave Que Va, nueva plataforma argentina de streaming dedicada al cine independiente nacional, lanzó oficialmente con una selección de películas de distintos géneros y estilos y la firme "decisión de poner el acento en un cine local que no tuvo ni tiene la visibilidad que merece".
"El sector del cine independiente argentino sigue teniendo pendiente una proyección comercial genuina y a su altura", plantea en charla con Télam Hernán Mancuso, uno de los cofundadores de Nave Que Va (NQV), sobre una de las razones que motiva la creación de la plataforma, ya activa en www.navequeva.com.ar, con un plan tanto mensual como anual (más económico) y una vista previa gratuita por siete días.

Narcisa Hirsch todo un nombre del cine experimental argentino
Narcisa Hirsch, todo un nombre del cine experimental argentino.

El catálogo que curó el colectivo fundador de NQV ofrece títulos de realizadores y realizadoras argentinos de gran trayectoria en el medio que, a diferencia de lo que ocurre tanto con los grandes "players" del streaming como con otras opciones para cine de autor, tienen aquí un mayor control sobre cómo se visibiliza su propia obra.
Ya pueden verse filmes de Paula Markovitch, Melisa Aller, Daniela Muttis, Lucas Turturro, Lucía Vasallo, Ernesto Baca, Juan Baldana, Santiago Charriere, Goyo Anchou, Homero Cirelli, Mariano Goldgrob, Iván Vescovo, Adriana Yurcovich y Enrique Stravon, entre más. Pero esta biblioteca de video a demanda crecerá en adelante también con "otras estaciones estéticas en clave musical como videoclips, conciertos y entrevistas", se anunció.
A horas de iniciar su viaje en las abarrotadas aguas del mercado de cine en línea, Mancuso charló con esta agencia sobre las particularidades de la propuesta y lo que diferencia a NQV en el paisaje audiovisual actual.
-¿Cómo nace este proyecto?
-Nave Que Va es un proyecto impulsado por trabajadores de la comunicación audiovisual, lo que incluye la realización cinematográfica, el diseño, la prensa y el desarrollo de software orientado a la web. Nace con la doble intención de crear un espacio de trabajo colaborativo, tan igualitario como sea posible, y al mismo tiempo abrir un mercado para un sector de la producción cinematográfica que lo merece y no siempre lo tiene, aprovechando las herramientas del streaming.

Trailer "Vapor", de Mariano Goldgrob

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En relación al contenido, es una propuesta muy potente porque apostamos a promover un catálogo dinámico que ofrezca material de gran valor cinematográfico para una visualización comprometida que suele ser subestimada o desatendida por las grandes maquinarias del mercado.
– ¿A qué público apunta?
-A todo tipo de público, pero especialmente a uno que busque en la visualización cinematográfica una experiencia conmovedora y productiva, que pueda ir más allá del entretenimiento y abrirse a recorrer otros caminos que abren nuevas posibilidades.
-¿Cuál es el criterio de curaduría y cómo se irá actualizando la biblioteca?
– El criterio es muy amplio, pero siempre hablando de cine independiente. Nosotros entendemos por cine independiente el que está en manos de sus propios realizadores, es decir, que está hecho con el compromiso que se suele entender como cine de autor. Esto se expresa en que los realizadores tengan el control comercial de sus propias obras y puedan participar de un espacio que busca la cooperación entre trabajadores de la industria.
De esta forma, más allá de la variedad de géneros y formatos, el catálogo cuenta con películas cuidadas que fueron realizadas con una búsqueda autoral y con buena calidad técnica.
El catálogo de lanzamiento cuenta con largometrajes y cortometrajes que van del cine de ficción y el documental al experimental, y se irá ampliando y renovando frecuentemente, incluyendo también contenido que será generado por nosotros y que acompañará el aporte de los realizadores.
– ¿Cómo es el vínculo con los realizadores y realizadoras?
-Desde el comienzo el vínculo es muy bueno. Tuvimos una respuesta inmediata de quienes participan del catálogo y confiamos en profundizar ese vínculo permanentemente. También sabemos que a partir de ahora estaremos compartiendo cada vez más.

Trailer "Arrieros", de Juan Baldana

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Desde nuestra perspectiva los realizadores son compañeros, no solamente porque quienes hacemos Nave Que Va también filmamos, sino porque el sentido mismo de la plataforma apuesta por una distribución igualitaria del esfuerzo y del beneficio para el bien común. Y esa propuesta suele ser bien recibida.
-¿Cómo dialoga una plataforma como NQV con un contexto audiovisual de sobre-estimulación y un panorama en el streaming que da muestras de saturación?
-Comenzamos con la idea antes de la pandemia, cuando todavía no había tanta saturación de plataformas. Ahora el panorama es en cierto modo diferente por esa sobreestimulación que decís, pero por otra parte no es muy diferente porque el sector del cine independiente argentino sigue teniendo pendiente una proyección comercial genuina y a su altura.
Por otra parte, el consumo cinematográfico cambió profundamente. Es cierto que hay una saturación de estímulos, en el sentido de estar atiborrados de producciones, pero también hay más niveles de lectura, más formas de mirar una producción audiovisual. En cierto sentido hay una madurez en la interpretación del contenido que permite perfectamente la coexistencia de ofertas bien diferenciadas.
Lo mismo ocurre entre el streaming y la sala. Nosotros no creemos que el streaming reemplace a la sala, sino que habilita otro espacio para el visionado con características diferentes que no son necesariamente mejores o peores.
La verdadera saturación está en la oferta mainstream, donde todo luce más o menos igual y se busca una espectacularidad que no deje lugar a la sorpresa. Pero en lo que refiere a una visualización intensa, comprometida, capaz de abrir nuevas experiencias y dejar huellas en el espectador, hay más bien una falta que un exceso. Y ahí nosotros traemos una novedad que seguramente se hará su lugar.
-Se dice que la multiplicación de plataformas y el acceso cada vez más extendido de internet democratiza el acceso a la cultura, que hoy cualquiera tiene al alcance de la mano cualquier cosa que quiera ver. ¿Cuál es su mirada?
-Tenemos a mano muchísimas más cosas que nunca, pero si algo tiene la producción cultural es que nunca se agota. Indudablemente internet trajo una transformación vertiginosa en casi todo, y especialmente en lo que refiere a consumos culturales. Eso tendrá sus cosas buenas y sus cosas malas. Cuánto tenga que ver todo eso con la democracia es algo difícil de evaluar.
En nuestro caso, no solamente internet, sino el código abierto y la disponibilidad de tecnologías para el streaming a costos considerablemente bajos nos permite capitalizar el esfuerzo sostenido de estos años y convertirlos en un espacio que tiene la potencia de promover a su vez la actividad económica y cultural de un sector más allá de internet. Y ni hablar del impacto que en todo esto ha tenido la digitalización, prima hermana y cómplice de internet en lo que refiere a la multiplicación de productos y la accesibilidad a ellos.
Quizás la idea de democratización que planteás tenga que ver con el hecho de que hay más acceso a más cosas. Habría que ver también cómo se refleja eso en la producción y en la concentración de la riqueza. Internet habilita también un grado de concentración descomunal, con empresas de gran tamaño que se insertan muy profundamente a nivel local, de manera que las grandes plataformas acaban financiando producciones locales en todo el mundo concentrando el beneficio.

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