Un argentino que triunfa en Europa llega al Colón para homenajear al padre de la ópera
Alguna vez Leonardo García Alarcón soñó con ser paleontólogo, pero reconvirtió su vocación y en cambio se dedicó a rastrear y desempolvar partituras antiguas. Muchas de ellas jamás fueron ejecutadas y salieron a la luz unos cuantos siglos más tarde.
De ahí su fascinación por la música antigua y barroca que este director platense que triunfa en Europa tocará en el Teatro Colón con su propia orquesta -Cappella Mediterranea- el lunes 27 de noviembre, en un programa idéntico al que presentó este mismo mes en la Filarmónica de Berlín.
La pasión por la música de este músico que el 5 de agosto cumplió 47 años comenzó en su infancia en la localidad de Tolosa, con un padre que componía y cantaba folclore y un abuelo que entonaba tangos. Fue entonces cuando su abuela comenzó a comprarle unos fascículos de la Editorial Salvat sobre música clásica que llegaban con CDs de sus obras. Hasta que apareció la hiperinflación y la colección quedó incompleta. “Para entonces yo había descubierto a Johann Sebastian Bach y le había dicho a mi papá que esa música me gustaba más que la suya”, recuerda.
Entusiasmado con Bach y otros grandes nombres de la música, cursó el Bachillerato en Bellas Artes que depende de la Universidad de La Plata: “Es un lugar maravilloso donde conviven los estudiantes de artes plásticas y música mientras cursan el secundario. Es parte de la educación pública argentina que en Europa no existe y que deberían replicar”.
Con el título de bachiller en Artes, Leonardo se acercó a tomar clases de piano y clave (o clavecín) al Teatro Colón, donde su hermana estudiaba danzas. Pero pronto descubrió que los mejores docentes de esas disciplinas estaban en Europa; así que a los 19 años y con 500 dólares por todo ahorro se fue a Ginebra -sin saber idiomas- a buscar un lugar en las clases de la mejor maestra de clave.
“Logré que me tomase como alumno y luego me quedé dando clases enseñando a tocar el clavicémbalo (clavecín) y luego a dirigirlo”, cuenta García Alarcón que creó una Diplomatura en el arte de ejecutar ese instrumento de cuerda con teclado.
De la mano del clavecín llegó su pasión por la música barroca, y la creación de su grupo Capella Mediterránea, dedicado a ese repertorio. “Me especializo en el Barroco y el Renacimiento y la obra de Claudio Monteverdi (1567-1643), aunque también dirijo a Mozart y a Beethoven. Me gusta descubrir obras inéditas por eso me he pasado mucho tiempo en la biblioteca de El Vaticano rescatando música sacra para encontrar partituras dormidas y resucitarlas”, explica y luego admite: “Cuando era chico me encantaban los dinosaurios y la paleontología. Creo que mi trabajo tiene mucho que ver con eso”.
Desde entonces si los grandes teatros del mundo se agrupasen en un cartón de lotería, el platense hubiera cantado “Bingo” hace tiempo. Dirigió en las óperas de Salzburgo, Londres, la Scala de Milán, la Filarmónica de Berlín y el Carnegie Hall de Nueva York. Y desde 2016 dirige en la Ópera de París. “Cuando debuté allí, su director me dijo que entendía si estaba emocionado. Le respondí que para conmoverme realmente tenía que pensar que estaba actuando en el Teatro Colón”, confiesa.
Al año siguiente cumplió el sueño de actuar en el máximo coliseo argentino.
Pecados y virtudes del Padre Claudio
Claudio Monteverdi fue un sacerdote y músico italiano que vivió entre 1567 y 1643. “Es considerado el creador de la ópera que es un laboratorio de emociones. Supo representar distintos sentimientos en sus obras. Como predicaba en la basílica de San Marcos, en Venecia, pero a la vez componía sobre amores inmorales, con fragmentos de sus obras se puede armar un programa que recorra tanto las virtudes como los pecados capitales”, adelante García Alarcón sobre el programa que hará el sábado 27 a las 20 horas en el Teatro Colón.
Orfeo de Monteverdi
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Pero García Alarcón fue por más y se dio el gusto de cambiar de época para homenajear a su admirado Joan Manuel Serrat en Barcelona con un concierto sinfónico de sus temas. Y no sólo el Nano, también celebró el Año de Piazzolla con un recital que cruzó obras de Monteverdi y el autor de “Adiós Nonino”.
“Tocamos a Astor con instrumentos barrocos y a Monteverdi con los actuales, al punto que el público no podía definir de qué época era cada pieza”, describe divertido pero esboza una teoría sobre las semejanzas entre el barroco y la música popular latinoamericana: “En el barroco arraiga todo el arte popular latinoamericano, desde la salsa al tango. Los jesuitas trajeron los instrumentos de su época y desde allí pasaron a nuestra música popular. El charango y las maracas tienen similitudes con instrumentos barrocos y el tango no es más que un madrigal moderno, un melodrama semejante a la ópera”.
Balada para un loco de Astor Piazzolla
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La próxima semana volverá al teatro de su patria con su grupo para presentar una función sobre Monteverdi. Pero en lugar de dedicarse a una de las composiciones eligió un programa que rescata los Pecados Capitales y las Virtudes Ordinales en distintas obras.
Mientras planea la programación 2024 de un nuevo teatro que dirigirá en Ginebra, la ciudad donde vive (“Quiero que tenga relación con Argentina y que muchos músicos del país concreten sueños allá”, informa) García Alarcón no oculta su nostalgia. “Me gustaría poder enseñar en el país para que otros jóvenes no tengan que emigrar como yo. Sueño con hacerlo en La Plata, donde van tanta gente a estudiar. Mi esposa, Mariana Flores, que es una soprano mendocina, me acompaña en el sueño”, confiesa.
Y para probar sus anhelos avisa que dará una Masterclass gratuita en el Teatro Colón el sábado 25 de noviembre. ¡Música, maestro!
Aquellas pequeñas cosas de Joan Manuel Serrat
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