Música/Espectáculo

Susana Epstein y el Paraíso

Todas las Susanas Arte Jazmn Guzmn
Todas las Susanas. (Arte: Jazmín Guzmán)

Fue una de las dueñas de la disquería El Agujerito, aquel pequeño paraíso para amantes del rock y el jazz situado en la Galería del Este desde fines de los años 60. También, elegida para integrar el elenco de “Hair”, el primer musical de rock de la historia, o para participar en las art performances de Marta Minujín en el Di Tella. Una de las voces que se lucía en los años 70 en los coros de La Banda del Paraíso. La solista que la dictadura interrumpió…
Susana Epstein, conocida también como “La Negra Silva”, fue parte de la efervescencia cultural y artística de una época en la que un nuevo rock argentino estaba naciendo. Más de cinco décadas después, comparte para esta nota sus recuerdos en la música, el paraíso no perdido que lleva adentro.

Susana y Rolando Epstein junto a una clienta en El Agujerito En Galera del Este Maip 971 casi enfrente del edificio donde viva Jorge Luis Borges lbum personal
Susana y Rolando Epstein junto a una clienta en El Agujerito. En Galería del Este, Maipú 971, casi enfrente del edificio donde vivía Jorge Luis Borges. (álbum personal).

Cae la noche calurosamente en el verano de Buenos Aires y del otro lado de la pantalla se adivina una fría tarde de invierno desde la casa de nuestra entrevistada en Nueva York, su lugar de residencia de los últimos 40 años.
En ese sitio y en esos años, Susana Epstein forjó para sí una trayectoria académica que incluye la autoría de artículos sobre pedagogía para varias revistas especializadas; el dictado de talleres de trabajo para maestros en los Estados Unidos y otros países angloparlantes como Inglaterra, Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Toda una vida dedicada a la docencia que aún la tiene activa: lleva 27 años dictando clases de Literatura en español en uno de los colegios estadounidenses más prestigiosos, al que asisten hijos de presidentes y ministros.

Susana en un happening de Marta Minujn en el Instituto Di Tella lbum personal
Susana, en un happening de Marta Minujín en el Instituto Di Tella. (álbum personal)

Es que esta Susana Epstein es la que se especializó en Literatura, Latín y Griego. Pero no es la única, en ella habitan otras Susanas: “Soy Susana Silva para la música clásica; La Negra Silva para el rock 'n' roll, y Susana Epstein para la disquería El Agujerito (en referencia a la mítica disquería de la no menos mítica Galería del Este). Y, efectivamente, esas Susanas la acompañan a donde sea que vaya y no falta quien pregunte por ellas o las traiga al presente, como en este caso.
Vaya como ejemplo su encuentro casual con el escritor Rodrigo Fresán durante un evento literario en una librería de Nueva York: “Empezó a contarme que cuando vivía en la Argentina compraba discos en una disquería donde había una tipa fantástica que vendía discos y le dije: ‘sí, ya sé, era yo’. Y él me dijo, entre risas, ‘no puede ser que seas vos esa persona’. ‘Lo siento, los años pasan para todos. Vos tampoco te veías así. Soy la misma pero ahora tengo 76 años’. Estuve en esa disquería todos los días por doce años hasta que me fui, sí. Todo el tiempo escuchando música, cantando, charlando sobre música. La música era todo lo que me fascinaba.”

En El Agujerito de izquierda a derecha Torito Stafforini Susana Epstein Roly Epstein Gaby Epstein Renata Schusseim y Javier Zentner lbum personal
En El Agujerito, de izquierda a derecha: "Torito" Stafforini, Susana Epstein, Roly Epstein, Gaby Epstein, Renata Schusseim y Javier Zentner. (álbum personal).

Detrás del mostrador de El Agujerito

Están terminando los años 60, y allí está Susana, en la disquería que llevaba adelante junto a su pareja, Rolando Epstein, y su cuñado Gabriel Epstein. Los hermanos eran hijos de Julio Epstein, el dueño del Club Internacional del Disco.
“Él era una autoridad en música clásica y tenía un buen ojo para todo. Pensó que era el momento (y lo era) de traer discos importados de rock and roll y de jazz, música diferente a la que él tenía, y puso una disquería en la Galería del Este. Luego se la pasó a sus hijos Gabriel y Rolando, que estaban en su momento estudiando uno, Derecho y el otro Arquitectura; yo no estaba casada todavía con Rolando pero vivíamos juntos y empecé a trabajar con ellos. A nosotros nos encantaba la música que vendíamos y lo que hicimos fue comprarle la disquería a Julio. La trabajamos y de a poco, en tres o cuatro años, se la pagamos y fue nuestra casa de discos, que creció, creció y creció…y abrimos un par de sucursales”, recuerda Susana.

Hacia 1970 en otra perfomance de Marta Minujn lbum personal
Hacia 1970, en otra perfomance de Marta Minujín. (álbum personal)

Aquel local 10 de la galería situada en Maipú 971, se convirtió en la legendaria disquería que formó parte del circuito porteño conocido como “La Manzana Loca”, un espacio geográfico donde se respiraba vanguardia artística: la Librería de la Ciudad, el Instituto Di Tella, el bar Moderno.… Un local de tres por cuatro, repleto de discos, muchos de ellos inhallables en otro sitio, que Susana y Rolando se ocupaban de traer de los Estados Unidos, Londres, Alemania, a donde viajaban para conocer las novedades musicales, y acercárselas a músicos o melómanos de Buenos Aires, ávidos de escucharlas. Por allí pasaron muchos de los músicos hacedores del rock argentino.
“Me acuerdo de tanta gente… Una época extraordinaria esos años de la Galería del Este, cuando todavía el Di Tella era el Di Tella, cuando Marta Minujín andaba de arriba para abajo por la galería. Hice trabajos con Marta, performance art. Tengo unas fotos de mí, medio desnuda, ni recordaba que lo había hecho. ¿Qué estoy haciendo en pelotas en el Di Tella? Marta me había dicho que fuera, me dio un trapo transparente, abierto por todos lados, y me pintó la cara de verde. Eran como protestas estéticas”.
Para concluir con sus recuerdos sobre su casa de discos, Susana señala: “Mi relación con el rock fue por el lado de su difusión porque estaba totalmente enamorada de todo lo que vendíamos. Estaba enamorada de Génesis, de The Who, cantaba todas las canciones”, señala Susana Epstein, y abre paso a la historia de la cantante.

Susana en tiempo del grupo 9 de Cmara hacia 1970 lbum personal
Susana, en tiempo del grupo 9 de Cámara, hacia 1970. (álbum personal)

De Susana Silva a “La Negra" Silva

La instrucción académica de Susana no se circunscribió únicamente a Lengua y Literatura: también contaba con una sólida formación musical. Susana completó sus estudios de piano y los del Conservatorio de música Alberto Williams.
Como cantante, su entrenamiento vocal le valió un lugar en el histórico grupo vocal 9 de Cámara, dirigido por Carlos López Puccio, del que fue parte durante diez años. En los dos discos que sacó la agrupación en la década del 70, “Música Profana del Renacimiento” y “Zoltán Kodály Missa Brevis”, figura con su nombre de soltera, Susana Silva.

"Música del Renacimiento" (9 de Cámara)

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Existe también una edición independiente del sello Pulso 70 en formato CD -“Dos misas” (2010)- que contiene grabaciones inéditas recuperadas de conciertos de 9 de Cámara de 1975, 1976 y 1977.
Con ganas de cantar otras cosas, otros estilos, otro repertorio, Susana no dudó en presentarse al casting del musical "Hair" que se realizaría en nuestro país. Y la producción no dudó en elegirla.
El elenco debía estar integrado por personas afines al movimiento hippie, por exigencia del contrato con los dueños del musical estadounidense, por lo que los encargados de seleccionar al elenco (el mismísimo Michael Butler, director de la puesta en Broadway; Rubén Elena, el director local; Richard Osorio, el productor ejecutivo y Marilú Marini, la coreógrafa) tomaron pruebas a más de 300 artistas.

La tapa del disco de La Banda del Paraso lbum personal
La tapa del disco de La Banda del Paraíso. (álbum personal)

“A mí me eligieron y estuve en la tribu, hice todos los ensayos, fue un verano duro, y de mucha divagación. En los intervalos, yo conjugaba verbos en griego, porque tenía que dar examen”, recuerda Susana, en quien, en esa época, convivían la cantante y la estudiante de Letras.
En cuanto a su relación con el movimiento hippie señala entre risas: “Vestía la ropa de Madame Fru Fru, era una Hippie Chic”. Madame Fru Fru era la tienda de ropa de la diseñadora Rosita Bailón, que como la disquería El Agujerito, también estaba situada en un local de la Galería del Este, y su dueña marcaba tendencia en lo que respecta a la moda.
“Yo no vivía en comunidad, continúa explicando Susana, además, Rolando y yo éramos fieles el uno al otro, no nos interesaba el amor libre. Mi relación con "Hair" fue medio como de costado, me generaba cierto conflicto, así que finalmente no me quedé, hice todo y me fui antes del estreno”.
Pero sus ganas de cantar rock no se agotaron allí: “El rock 'n' roll era LA VIDA en esa época. Las letras de las canciones eran lo que toda nuestra generación sentía”.

En 1973 con La Banda del Paraso lbum personal
En 1973, con La Banda del Paraíso. (álbum personal)

La Negra Silva se sumó entonces al grupo La Banda del Paraíso, liderado por Rubén De León, a quien ella había conocido en su disquería. Junto a Meneca Hiquis y Lidia Milani constituyeron el coro de la banda, que fue señalado como muy acertado en las crónicas de la época, por ejemplo, en la reseña que publicó la Revista Mordisco sobre el disco que la banda editó en 1973.
“No había coros femeninos en las bandas en esos tiempos. Nosotras pretendíamos ser como las cantantes de Joe Cocker, queríamos hacer esas voces. La idea de incorporar un coro femenino fue de Ruben. Él tenía la visión musical. Me contacté con él desde aquí hace veinte años atrás. Me mandó un mensaje divertido que decía: 'caramba, esta charla me está dando ganas de hacer música otra vez, Negra'”.

"Chicas que patinan" (La Banda del Paraíso)

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Luego de la experiencia junto a La Banda del Paraíso, que duró hasta 1975, a La Negra Silva le esperaba un capítulo más en su vida de cantante. El legendario productor discográfico Jorge Alvarez, que ya se había interesado por el talento de otras artistas mujeres de aquel rock argentino que estaba surgiendo -como Gabriela, Cristina Plate, y Samanta Summer, (estas dos últimas habían grabado en su sello Mandioca), quiso apostar por su camino solista. Fue así que ella grabó un disco simple con dos canciones y el fotógrafo Pedro Roth hizo las fotos para el arte de tapa.
Pero el disco nunca llegó a las bateas, ni Susana a iniciar su camino solista.

Susana en la foto de tapa de su disco solista que no fue Foto Pedro Roth
Susana, en la foto de tapa de su disco solista que no fue. (Foto: Pedro Roth)

Corría el año 1977. El país ya había ingresado al infierno de la Dictadura, destruyendo cualquier ilusión de paraíso. Jorge Alvarez debió exiliarse en aquel año sin llegar a lanzar el disco de Susana. Dos años más tarde también ella dejaría el país junto a su familia, para instalarse en Estados Unidos.
“Hoy solo canto en la escuela y los chicos cantan conmigo”, dice Susana Epstein. Pero no solo los chicos cantan con ella: también la acompañan Susana Silva, si es música clásica, o la Negra Silva, si sale un rock. Las cantantes que sigue llevando adentro, como quien atesora un paraíso.

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