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Empate en el 15 de abril

La noche de anoche se jugó un partido donde se definieron perfecto las dos posturas. Unión salió a jugar un partido de vigor físico, de ritmo sostenido y vertical. Fluminense hizo todo lo contrario: toque pausado y poca predisposición a atacar masivamente. Así, se armó un “partido sin arcos”. Y el que sacó provecho fue Fluminense, porque prevaleció claramente ese intento por el toque sin profundidad y la lentitud, quitándole a Unión el ritmo que pretendía imponer.

Con André y Wellington como estandartes, abriendo a Luiz Henrique, con escasa gravitación arriba de Cano, a no ser por ir a apretar a un Mele al que le costó encontrar seguridad cuando recibió el pase hacia atrás de sus compañeros.

En el primer tiempo el aporte de Luna Diale y el “loco” Álvez fue casi nulo. Algunos intentos de Peralta Bauer y Zenón por fuera o subidas por los laterales fueron los que generaron un poco de movimiento en el ataque. 

Unión se mostró apurado por el pelotazo y así también perdía rápido la pelota, aspecto en el que se generaron muchas imprecisiones y errores. 

En el segundo, creció la figura de Polenta, Fluminense seguía en la suya (toqueteo cansino y sin profundidad) y Unión también (el pelotazo para que la aguanten los de arriba, que la aguantaban poco).

Casi irreversible, los arqueros casi no participaron en esta vuelta. Hubo una última jugada para hablar en la que Luna Diale la tuvo clara y la desperdició con un remate de zurda que se le desvió.

Fue 0 a 0.Empate, pero hay que ir a ganar con Junior de Barranquilla. No queda otra opción que salir victoriosos.

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